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Temo que no. Erich. Sabes por qué he venido, ¿verdad? Simplifícate la vida y dime. ¿Dónde están? Sr. Dubois, mi marido no habla francés. Jamás ha estado en Europa. ¿Erich? ¿Qué está pasando, Borz? Siéntese. Siéntese. Parece que no sabe mucho de su marido. Ya quiero que esté la cena. Muero de hambre. ¿Cómo te fue allá? Me fue. Asombroso. ¿Mataste a alguien? Max, no seas imbécil. Qué inapropiado. No, está. Está bien. Sí. Sí, maté. Estupendo. ¿Más vino? Sí. Sí, claro. Abre otra botella. Ojalá todo pudiera ser como era antes de morir mamá. ¿Cuánto tiempo se hornean? Como minutos. Estarán listas cuando las saques. Dreischler, lo sé todo. Entre y vendiste cuatro pinturas. Hiciste los envíos de aquí, de El Carrington. ¿Y el resto? Se lo dije, no sabemos nada. ¿Necesita ayuda? Todavía no. Erich. Dime dónde están las pinturas y prometo no lastimarlos, ni a ti, ni a tu esposa. ¿Y ahora? Refréscale la memoria. Es un viejo fuerte. Tuvo un derrame. ¡Siéntese! No siente nada de ese lado de su cuerpo. Intenta del otro lado. Así está mejor. Dubois. Bienvenido, Herr Dreischler. ¿Y mis pinturas? En la pared. ¿En cuál? Señálamela. Ahí. No, no, no. Ahí. No lo sé. ¡Por favor! Señores, entren. ¡No lo sé! Comprendido. En las paredes. Empecemos. ¿Qué le recuerda esto? A Wagner. A Duvall. “Apocalipsis Ahora”. Adoro el olor a Napalm por la mañana. Bonita vista. Sí, fue un gran punto de venta. La salsa sabe muy. La salsa de menta. No pasa nada. Comeremos sin salsa. Era la favorita de mamá. Sin la salsa, no es cena de Pascua. Era la favorita de mamá. No podemos. Cálmate. Max, ¿estás drogado? Tú te emborrachas. Yo me drogo. ¿Qué problema hay? Uno es legal, el otro no. Ve a tu cuarto. Espera, entonces. ella me derrama salsa de menta ¿y a mí me mandas a mi cuarto? Cuando mamá vivía, esto jamás pasaba. Mamá no está aquí. Yo estoy aquí, acostúmbrate. Sí. Claro que mamá no está aquí. Gracias a ti. Max, ve a tu cuarto ahora. ¿Por qué no moriste tú? Al carajo con eso. Lamento que vieras esto. He visto cosas peores. Lily, los Hersch todavía están aquí, y apuesto a que les sobra mucha salsa de menta.